Muchas mujeres tienen miedo más que a empezar de nuevo, a que les vuelva a pasar lo mismo otra vez.
Esto es algo que se repiten muchas cuando han perdido a un bebé. Y es ahí donde se refleja el dolor por lo que han pasado y el miedo porque sea algo que vuelva a pasar.
Los bebés que nacen sin vida no deben ser invisibles. Esos bebés tienen madres, padres… que los han querido, que han generado recuerdos y expectativas sobre ellos.
Cuando un tema tan doloroso se convierte en tabú es cuando aparece la CULPA que hace que todavía sea más duro si es que eso es posible.
Debemos entender que un bebé se convierte en hijx desde el momento en que su madre/padre le otorga esa identidad, sea ese el momento que sea.
Esas madres y padres necesitan pasar un duelo. Un duelo que es necesario para poder avanzar. Tal vez, algunxs lo puedan llevar “mejor” y admitan que se les digan frases del tipo “yo también aborté y no pasa nada.” , “ya te volverás a quedar embarazada.” o más frases de este tipo que se dicen sin mala intención, por ayudar pero que, en la mayoría de casos, no nos paramos a pensar y salen casi de manera automática. Estas frases no consuelan, no ayudan porque lo que esa madre o padre está sufriendo es el presente y no quiere que le hables del futuro ahora.
Otro aspecto que es muy necesario cuando se traviesa un duelo , es la necesidad de una despedida. Humanizar todo este proceso. Se necesita la presencia de un psicólogx que les pregunte cómo se sienten, que trate de forma natural lo que están pasando y que comprenda que están sufriendo la perdida de un hijx.

Alguien con quien hablar, llorar, que no les juzgue, que se ponga en su lugar y con quien no tengan que fingir ni disimular el dolor.
En esos momentos, tener una persona al lado que te comprende y te ayude es fundamental. Alguien que esté a tu lado, sin más.
Además del cuerpo, el alma también necesita cuidados, muchos más cuidados probablemente y más continuados.

Las madres y/o los padres deberían tener opción de decidir quién les acompaña en ese duelo. El acompañamiento y el soporte emocional es fundamental en un momento así.
El tiempo no lo cura todo, ayuda pero no cura.
Estos padres y/o madres no quieren olvidar.
Se trata de vivir con el recuerdo pero sin que duela tanto recordar y a eso es a lo que debemos ayudarles.
No forcemos procesos, no creamos que las cosas se han “superado” porque no se hablan.
La preocupación, la empatía y la compasión deben estar presentes en todo momento en un profesional que está en contacto con alguien que ha sufrido la pérdida de un bebé.
Son claves:
– Humanizar
– Visibilizar
– Normalizar.
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